Pues esa es una de las tareas de los “Tubabs*” que vivimos en este País, descubrir cada día el por qué de las cosas.
Ayer el cuenta-cuentos Yahya Rajel me aclaró uno de los enigmas (no solamente Mauritano sino Mundial o Universal me atrevería a decir) que me ahogaban desde mi llegada al País y más sobre todo desde que empecé a conducir montado en mi Pajero Solitario (Alias “Camión”).
Este enigma es el del comportamiento de los animales en la carretera.
Si. Cuando circulas te encuentras en la carretera diversos animales y cada uno de ellos tiene un comportamiento diferente.
Hay muchos burros. Los burros son tranquilos y burros. Si quieren se plantan en medio con toda su calma, su paz interior y su conciencia muy tranquila y no hay nada que hacer.
Ya puedes quemar el clacson, bajarte del coche y ponerte a bailar la danza del elefante o incluso dialogar amistosamente con él que solo se moverá si él quiere. Tiene pinta de tener la conciencia muy tranquila.
Luego están los perros, que incluso se enfurecen y ladran al vehículo que circula por la carretera. Algunos canes intrépidos desafiantes de la “fatigue (cansancio)” que impera en este País, se lanzan y se echan una carrera mostrando sus colmillos entre ladridos. Toda una proeza para el nivel de actividad de este país.
Y luego están las cabras, que coquetas y discretas se escapan a paso ligero del asfalto, como haciendo mutis por el foro.
Pues el cuenta-cuentos Yahya Rajel, nos desveló ayer el por qué de estos hábitos de conducta. (espero que me perdone Yahya y toda la tradición oral por mi salvaje adaptación)
Todo se remonta a años atrás, como no podía ser de otra forma. A aquellos tiempos en los que los animales viajaban juntos en manadas por el desierto, la selva, los prados… incluso tomaban juntos transporte público. Un buen día, un burro, un perro y una cabra tomaron un “Taxi-Brus” juntos para ir de Nouakchott a Rosso. Un Taxi-Brus es el transporte público Mauritano por excelencia. Son coches destartalados que se llenan hasta las cartolas de gente y mercancías, salen y milagrosamente en la mayoría de los casos llegan a su destinación.
Pues el burro, el perro y la cabra salieron en el Taxi-Brus dirección Rosso y en la primera parada para echar gasoil, comprar agua, un paquete de galletitas “Made in Mauritania” y hacer el rezo de las 17:00, el chofer les pidió el dinero del pasaje (1000 Ouguiyas por cabeza), para los gastos de la carrera.
El burro con su tranquilidad echó su pezuña a la alforja y sacó un billete de 1000 ouguiyas, que con toda su calma dio al chofer. El perro más activamente rebuscó en su zurrón y solo encontró un billete de 2000 Ouguiyas, que dio al chofer con una mirada de perro que demandaba la devolución de su cambio en la brevedad de lo posible. La cabra indignada por la petición del chofer, espetó en tono de enfado que en Mauritania toda la vida se ha pagado al llegar al destino, que nunca se paga antes, hmmmm!!!
Y así prosiguieron su viaje hasta llegar a Rosso.
Al llegar a Rosso, ya era casi de noche y todo se desenredó muy rápidamente, en un suspiro. En cuanto paró el taxi-brus los tres animales se bajaron del taxi-brus y la cabra salió escopeteada, haciendo mutis por el foro, perdiéndose en la oscuridad y librándose de pagar (lo que vulgarmente se conoce como un “Sinpa”), el chofer sin perder un segundo se montó en su taxi-brush y persiguió a la cabra para recuperar su dinero. El perro que todavía esperaba sus 1000 Ouguiyas de vuelta, corrió enfadado ladrando detrás del taxi-brush, demandando su dinero y el burro tranquilo con su conciencia por haber pagado correctamente el precio de su pasaje pensó: “Están locos estos Romanos….” Por eso hoy en día las cabras siguen escapando cuando ven un auto que se aproxima (no sea que les pida las 1000 Ouguiyas),los perros demandan cada vez más cansados sus 1000 Ouguiyas de cambio y los burros... pues ahí están! tranquilos con su conciencia.
Y colorin colorado, este cuento se ha acabado.
Desde ayer entiendo una cosa más de la Mauritania, una pequeña cosa más que no hace más que mostrarme más puertas a descubrir. Por ejemplo: Qué pasa con los camellos? Los camellos tienen un comportamiento diferente al de los tres amigos de la historia precedente…
Y sobre todo me abre la puerta de nuevas historias y tesoros mágicos inmateriales que corren y se mecen por las dunas. Historias que no se enfrentan al raciocinio de la verdad o la mentira. Para mí, la verdad es todo lo que me creo.
*Es como nos llaman los Mauritanos a los palidos de mas arriba del estrecho
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